
El 13 de febrero de 2018 comenzarán los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang, en Corea del Sur,
Trece sedes, dos ciudades…
Las sedes olímpicas estarán divididas en dos zonas distintas: por un lado, alrededor de la montaña estará el Estadio Olímpico de PyeongChang, que tendrá muy cerca la estación de Alpensia, donde se desarrollarán las pruebas de biatlón, esquí de fondo, saltos de esquí y deslizamiento (luge, bobsleigh y skeleton).
Muy cerca están también las dos estaciones sede del esquí alpino, Yongpyong y Jeongseon, y la sede Snow Park Phoenix.
Por otra parte está la ciudad de Gangneun, en la costa este de Corea, que acogerá las sedes del hockey sobre hielo en dos recintos diferentes: el Kwandong Hockey Centre (para 6.000 espectadores) y el Gangneung Hockey Centre (para 10.000). Alrededor estarán también las instalaciones dedicadas al curling (el reformado Gangneung Curling Centre), y el Gangneung Ice Arena, el estadio donde se disputarán las pruebas de patinaje artístico y las cortas de velocidad y que recibirá a 12.000 espectadores. Las pruebas de velocidad más largas tendrán lugar en el Gangneung Oval, otro recinto de nueva creación con capacidad para 8.000 personas.
Estos juegos olímpicos tendrán dos mascotas.
Un tigre blanco y un oso negro son los encargados de promover los Juegos Olímpicos de PyeongChang. El tigre se llama Soohorang, que significa ‘tigre que protege’, ya que en la cultura de este país asiático la figura del tigre representa valentía, poder y atrae a la buena suerte. El color blanco también sirve para asociarlo a la nieve y a los deportes de invierno.
Mientras Soohorang será el encargado de promocionar la olimpiada, el oso Bandabi se dedicará a los Juegos Paralímpicos. El oso es sinónimo de voluntad y coraje para los coreanos y, además, es el símbolo de la provincia de Gangwon. Su nombre viene de ‘banda’, que significa la media luna que el oso luce en su pecho, y ‘bi’, que tiene el significado de celebración de los Juegos Olímpicos de Ivierno.
Está previsto que los Juegos comiencen el 9 de febrero de 2018 y duren hasta el día 25. En esas fechas invernales, lo normal es que las temperaturas máximas no superen los cinco grados, mientras las mínimas oscilan entre los 5 y los 10… bajo cero. Está claro que por frío no va a haber problema, pero… ¿habrá nieve?
En PyeongChang no quieren que les pille por sorpresa y se han hecho con un batallón de máquinas de nieve artificial para poder crear un manto blanco en caso de que no haya nevadas. Incluso la dirección de la organización se ha referido ya a esta posibilidad: “si la nieve no cae del cielo, la fabricaremos nosotros.
La antorcha
La antorcha se dio a conocer justo un año antes de la ceremonia inaugural, está inspirada en la porcelana tradicional coreana y tiene una altura de 700 milímetros, representando los 700 metros sobre el nivel del mar en los que se encuentra PyeongChang. Es blanca y dorada y cuenta con cinco ángulos en la zona media que representan “el espíritu del deporte, conectando razas, naciones, religiones, géneros, culturas y los cinco continentes del mundo”, según el comité organizador.
Destaca por la tecnología que posee y que le permite estar preparada para resistir todo tipo de condiciones climáticas ya que dispone de canales que permiten que el aire, por muy fuerte que sea, pase y proporcione más oxígeno para ayudar a mantener viva la llama, además de una apertura con microporos en su parte baja para filtrar el agua en caso de lluvia.
a tecnología se gestionará desde una nube
Atos, la compañía que ha suministrado la tecnología a las últimas ocho ediciones de los Juegos Olímpicos, también estará presente en PyeongChang, aunque en esta ocasión con una novedad más que importante: “todas las aplicaciones críticas de tecnología de los Juegos, incluyendo la distribución de resultados en tiempo real (ODS), serán gestionadas de forma remota y alojadas en la nube”.
De hecho, todas las pruebas llevan meses en marcha y se están realizando desde España, ya que Atos dispone de una sede central de operaciones en Barcelona y de un laboratorio de pruebas en Madrid. La gran novedad es que, hasta ahora, había que construir infraestructuras en cada sede sólo para poder suministrar los resultados en directo, mientras que de esta forma todo se hará a través de la nube, reduciendo la factura tanto en costes como en la huella de carbono.
